A la luz de la bombilla

Aquí estoy de nuevo, un poco avergonzado por no mantener mi compromiso de escribir  por lo menos una vez al mes.Pero a veces uno propone y otros disponen y no me ha sido posible por falta de tiempo, unas veces, y por falta de inspiración en otras.Y es que nos es nada fácil escribir de un pueblo en el que cada vez conoces menos gentes y los recuerdos son ya más en blanco y negro que en color por el paso del tiempo.Pero lo que si tengo muy claro es que tanto en la Torre como en Blacos seguirmos enchufados de esa misma corriente de molino de la que habla el cronista oficial.La luz siempre llega al filamento de la bombilla y poco a poco , como a cámara lenta, la potencia va subiendo y al final desaparecen las sombras y todo se vé claro y diáfano.Y esto es lo que ha pasado entre los dos pueblos, que han encontrado una bombilla que ilumina todo con claridad y ya no hay zonas de penumbra que se ha desecho de cualquier mala conexión.Por suerte ahora parece que todos pagamos con gusto la bombilla y como es la que más brilla ahí estamos  cada dos por tres.Es como el bar del cuartel,al que acuden todos los soldados en cuanto tienen un minuto de descanso.Todos quieren ver como se encienda la bombilla del bar de tropa, porque aquí no hay estancias reservadas para los tenientes, ni para los capitanes, ni siquiera para los generales.La bombilla es la misma para todos y nadie está dispuesto a dejar que alguien la afloje, porque entonces volvenmos a quedarnos a oscuras.Y después de conocer la luz duele más.