BIENVENIDA / O

Bienvenida / o
Gracias por leer este Blog y participar, pon tus impresiones y fotos para compartir.
YA ESTAMOS EN PRIMAVERA

CONTACTO

Si quieres participar o consultar: torreblacos@hotmail.com / torreblacos@yahoo.com
No camines delante de mi, puede que no te siga. No camines detrás de mi, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo. (Albert Camus, 1913-1960)

jueves, 23 de abril de 2015

LA ROSA DE LA AMISTAD Bonito texto el de la rosa del molino ( se puede ver en la página de Blacos), y además breve como gusta a nuestros lectores. Lástima que otros no seamos capaces de condensar en la brevedad tanto buen sentimiento. Pero al hilo de esa rosa romántica, a mí se me vienen a la cabeza otras frases sobre la rosa que no son mías. Dice: “Quise cortar la flor más tierna del rosal, pensando que de amor no me iba a pinchar, y mientras me pinchaba me enseñó una cosa, que una rosa es una rosa. Y cuando abrí la mano y la dejé caer rompieron a sangrar las llagas de mi piel, y con sus pétalos me la curó mimosa” (Mecano). Más allá de una letra de canción bien construida se puede entender toda una filosofía sobre la amistad. ¿ Y por qué digo esto?. Por algo muy simple. Esta página a veces despierta indignaciones o preocupaciones más allá de las habituales. Pero también provoca reacciones de amistad que podían estar escondidas. El otro día una amiga de Blacos me dijo que estaba orgullosa de que la considerada eso, una amiga. Y esto, que en un principio me halagó, después me hizo pensar y preguntarme, ¿ A ver si a veces no soy capaz de transmitir mi amistad a personas que siempre he considerado amigas ? Parece fácil, pero si lo piensas en serio no lo es tanto, porque a veces vivimos mezclados entre sobreentendidos, y damos por hecho cosas muy claras pero que puede que no estén tan claras. Y entonces descubres que la amistad se puede vestir de muchas formas y con muchos colores. La amistad puede entenderse como un paseo por una playa desierta. Vas caminando y si vuelves la vista atrás, sobre la arena quedan marcadas las huellas, dibujan un camino por el que puedes regresar sin miedo a perderte. Pero ese movimiento que parece una mera rutina, exige ciertas precauciones. Si decides andar muy cerca de las olas es probable que al volver la vista atrás esas huellas hayan sido arrastradas por el agua. Y de repente te encuentres aturdido por la soledad y al mirar al frente descubras también que esas huellas se las han llevado las olas y ahora naufragan muy lejos de la costa. Hay que cuidar el camino y también vigilar los peligros que rodean a ese camino. Si el mar está picado, hay que andar más lejos de la playa, si el mar está en calma te puedes acercar al principio de las olas. Y a veces, hay que saber que no se puede caminar por la playa, porque hay resaca,y te puede arrastrar. Las huellas frescas son ese amigo que está siempre a tu lado, sólo tienes que mirar atrás y ver como sigue tu estela, compañero y vigilante por si lo necesitas. Pero si no lo necesitas también está ahí detrás, mudo y expectante, sin molestar, sin dejarse notar, ajeno a tu caminar decidido. A veces te susurra al oído que cambies de camino, que el mar amenaza tu paseo, que las olas llegan amenazadoras, que en alta mar se pierde la orientación y que no hay barcas para socorrerte. Y al final del paseo, entre las piedras del puerto puedes encontrar un rosal amigo como el del molino. Al coger una rosa, sedosa al tacto, frágil de aspecto y dura en su tallo, es muy probable que te pinches y brote la sangre entre tus dedos. Pero nadie ha dicho que la amistad sea fácil conseguirla.., y mucho menos mantenerla.

miércoles, 8 de abril de 2015

Homenaje

En fin, no pensaba volver por estos foros porque, ahora más que nunca, este blog parece un desierto esquilmado y totalmente diezmado por el cambio climático que parece asolar a los pocos escritores de Torreblacos. Y he vuelto a escribir porque hay cosas que merecen la pena ser contadas, que deben ser contadas para que no se pierdan en el olvido, que es el peor de los suplicios a los que se puede someter a un recuerdo.El pasado lunes estuve de nuevo en Torreblacos, y fue para asistir a un funeral. Así a primera vista puede parecer un motivo poco gratificante, pero en este caso fue especialmente emotivo. Cuando alguien se va siempre es una tragedia, pero cuando alguien decide despedirse después de soportarnos más de un siglo de vida entran en juego otra serie de valores y hay que echar mano de otros argumentos más juiciosos que el simple deseo eclesial de dejar la tierra de sufrimiento para ascender a los cielos de la eterna felicidad.Hay algo más, muchas cosas más.Durante esos más de 100 años de vida, la señora Iluminada ha dejado muchas luces encendidas y ahora a su familia, amigos y conocidos les toca el difícil trabajo de luchar para que no se apaguen.Y seguro que ha dejado, ha tenido mucho tiempo para ello, baúles llenos de recuerdos que hay que cuidar para que no se pierdan, porque en cada uno de ellos estará esa mano que un día sostuvo a sus hijos y que después acariciaba a sus nietos.Argumentos más que suficientes para adornarlos con el cariño, el amor y la memoria, que son de las pocas cosas que podemos ofrecer a los que han dicho hasta luego. En cada uno de esos detalles, cada vez que se ejerza la memoria, se le estará haciendo un homenaje a la señora Iluminada. Hay una frase que yo repito muchas veces, que dice que los que mueren nunca se van si permanecen en el recuerdo de los que se quedan. Y el lunes me encontré con esas personas que se van a encargar de recordarla, se notaba en su cara, en sus movimientos dolientes , y en ese rictus de ansiedad que nos invade a todos cuando tenemos que despedirnos, Fue un día de luz, de sol resplandeciente, de cielo azul y limpio para que se vieran todas las señales que conducen hacia el cielo.Pero eso hubiera dado lo mismo.Podía haber sido un día gris, sembrado de aguaceros y con el cielo negro cerrado.Ella hubiera llegado igual. Es la ventaja de ser Iluminada,.