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viernes, 12 de agosto de 2011

LA MORAGA

Ya que estamos en verano, época de siega y recolección de la mies, bien merece recordar una palabra muy bonita “La Moraga”.


He de reconocer que esta palabra y su significado lo he descubierto o redescubierto este verano, hablando con los mayores de antiguas costumbres salió “La Moraga”.


Me explicaron que significa y de golpe vinieron los recuerdos infantiles de cuando jugábamos en la Era y no había mayor placer que subir a lo alto de una cima de mies, me ha traído el recuerdo del porque me preguntaba ponían una gavilla en lo alto bien colocada con sus espigas mirando al cielo, ahora lo sé.


Ya no se ve, ya nadie o casi nadie sabe lo que es, a excepción de los mayores que si la usaban cada año y era la representación del final de la siega.

La Moraga es una gavilla de mies de trigo que se colocaba en lo alto de la  cima de gavillas  traídas a la era y encimadas, se colocaba en lo más alto de la cima con todas sus espigas bien colocadas y era el significado de que la recolección en el campo había terminado y era tiempo de comenzar los trabajos en la Era, trillando, ablentando y recogiendo el grano y paja por separado, siendo estas labores la que daba por finalizada la  cosecha.




Siempre me he preguntado porque en las casas había un ramito de mies bien atado y colocado a modo de florero, ahora lo sé, es una Moraga que significaba el término de la cosecha en cada casa.


La Moraga me ha hecho volver a la época de la trilla, donde siempre de chiquillos nos encantaba montar en el trillo si la parva era de trigo, si era de cebada a esconderse ya que los picores que provocaba el polvo de la cebada se hacían insoportables y dale que te dale dando vueltas a la parva, con aquel cubo de zinc que había en el trillo y que teníamos que ser rápidos en colocar en la cola de la mula o macho cuando veíamos que este quería hacer sus necesidades.


Hoy que todo es mecanizado  se han perdido muchas costumbres, entre ellas esta, no estaría mal que por lo menos se hiciese una gavilla y se colocasen en lugar representativo para que todos supiéramos que es y qué significa, sirviendo además para mantener aquellas costumbres y signos que daban fe de un trabajo y su buen hacer.
Era mágico ver como ablentaban, como se separaba la paja del grano, que si el viento es del cierzo, que si es solano o regañón, cada viento tenía su forma de ablentar.

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