BIENVENIDA / O

Bienvenida / o
Gracias por leer este Blog y participar, pon tus impresiones y fotos para compartir.
YA ESTAMOS EN PRIMAVERA

CONTACTO

Si quieres participar o consultar: torreblacos@hotmail.com / torreblacos@yahoo.com
No camines delante de mi, puede que no te siga. No camines detrás de mi, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo. (Albert Camus, 1913-1960)

miércoles, 29 de junio de 2011

El Cartero

Con independencia de los encuentros y desencuentros que nos recuerda la historia, yo siempre he tenido una unión especial con Torreblacos y el cordón ubilical que nos mantenía unidos era Desiderio, y nos unía con la misma fuerza que ahora lo hace su recuerdo.Desiderio fue el primero de los muchos carteros que he conocido en mi vida y , como sucede con el primer amor, imposible de olvidar.Él fue la única referencia paternal que he tenido en mi vida ya que mi padre murió cuando yo todavía no había cumplido los dos años.Desde ese momento se encargó de muchas de las tareas de mi casa, hacer leña, la matanza.. y sobre todo de sacar a mi madre del pozo de la desolación con su alegría arrolladora y contagiosa.Lo podía recordar por muchas cosas pero me voy a quedar sólo con una.Se producía todos los días que yo lo esperaba con desesperación para ir a repartir el correo a Abioncillo.Desde que salíamos por las eras de Blacos yo me sumergía en un mundo de guerras y misterios a través de sus aventuras, las mejores que he conocido en mi vida.El único problema es que ninguna de las historias que me contaba tenía final.Por ejemplo me narraba la de la muerte de un emperador romano.Cuando ya había recreado la escena y llegaba el momento de que el traidor alzaba el cuchillo para apuñalarlo, Desiderio se callaba y empezaba a reirse. Yo le preguntaba ¿ Y cómo acabó? La respuesta era siempre idéntica:" no lo sé, yo me tuve que ir".Así que me convertí en el niño de Blacos al que más historias le han contando... pero sin final.Cuando volvía a casa se lo decía a mi madre y ella intentaba reñirle, pero con él era imposible discutir.Todas las conversaciones acaban en una carcajada.Pero era igual, al día siguiente lo esperaba todavía con más impaciencia para volver a Abioncillo. Debía estar ansioso porque un día la historia llegara al final, pero no recuerdo que lo consiguiera nunca.Seguro que de todo esto saben más que yo algunos de sus hijos como Antonino, Tomás o Paulino.
Desiderio nunca me contó el final de nada, quizás porque nunca quiso que acabara nada de lo que le rodeaba.De lo que puede estar seguro es que ha conseguido que yo no lo olvide nunca, aunque sea sin final.
(por cierto era mi primo pero no me he dejado llevar por la pasión familiar)

1 comentario:

  1. Yo también recuerdo al "tío" Desiderio, lo veo aun e el empalme esperando el coche correo, donde el "rubio" le entregaba la correspondencia y el le daba la de salida, como en su ausencia eran Paulino o Tomas e incluso su madre los que hacían las veces de cartero cuando Desierio estaba ocupado en otras tareas.
    Del tío Desiderio conservo esa visión de su sonrisa y en sus labios una brizna de hierba.
    Por supuesto la bicicleta, ese elemento indispensable del cartero tampoco faltaba.

    ResponderEliminar

Gracias por tu colaboración.