Algunas tradiciones

En estos pueblos que ya no queda casi nada y se ha perdio casi todo, siempre es bueno conservar algunas tradiciones, porque son precisamente las tradiciones las que hacen de cordón umbilical entre un pasado esplendoroso y un futuro sombrío.Por eso unos cuantos de la Torre y de Blacos, no quisieron dejar pasar de largo la festividad de San Isidro.Con mesa y mantel de por medio se dedicaron con esmero a degustar una buena comida de hermandad en honor del único santo que fue capaz de ser agricultor, un oficio duro del que huían hasta los pupilos del santoral de aquellos años.Muchos de los que se senatron en la mesa no han sido agricultores ni tienen ya el cuerpo para serlo, pero da igual.El motivo era la hermandad, el acercamiento, la confianza y el cariño, que seguro que había de todo un poco.Después de dar cuenta del menú que les preparó el chef de Can Ricardo, sé de buena tinta que la tertulia se alargó hasta casi la noche.Eso es bueno, significa que estaban a gusto y que además tenían muchas cosas que contar.Se mezclaban los chistes del Resti con las anécdotas del charlatán de feria de Miguel, capaz de vender un frigorífico a un esquimal o  de colocarle un saco de arena a cualquier vecino del desierto.Hasta en esto mantenemos la tradición.En aquellos viejos concejos del siglo pasado, todos esperaban las gracias de unos y las canciones de otros.Pero había una diferencia, que cada uno lo celebraba en su pueblo.Ahora para las celebraciones se juntan en armonía.Eso es lo que le hemos ganado a la tradición.